Los médicos se apresuraron a atender a la frágil luna. Ella se veía bastante pálida, Alejandra y los cachorros se quedaron en la sala de espera.

— Mamá, la tía Katya parecía un fantasma, ¿Ella se va a morir? Si muere el tío Damiano se va a poner muy triste.

— Lionel, nadie se va a morir aquí, ella... ella va a estar bien. Tiene que estar bien. — La luna se abrazó a sus cachorros, ellos eran su fuerza ahora.

(...)

En el castillo Romano, la luna Aria llevaba a Joshino a su habitación. Ella le elegiría ropa para que se diera una ducha.

— Aria, ¿Tú creés que papá vuelva? Todos dicen que es muy peligroso ese vampiro, que es invencible. ¿Y si papá no puede vencerlo?

— ¿Pero qué dices? Tú padre es muy poderoso, tenemos que confiar en él, no lo van a vencer tan fácilmente. Ven aquí, tu hermanito y yo estamos contigo. — La luna abrazó al cachorro, ellos tenían una muy buena relación.

De pronto una patadita golpeó la mejilla del Joshino.

— Este cachorro ya me dió una pat