El Alfa viudo.
El beta muy habilidoso como estaba siendo. Hacia las preguntas precisas, tenía que conseguir toda la información posible para su Alfa. Y la ingenua Sofía era la loba ideal para conseguirlo.
Mientras caminaban hacia el restaurante. En el jardín Alejandra y el Alfa hablaban de las flores.
— Tienes una colección de flores muy bellas aquí.
— Si, las he traído de lugares lejanos a los que he viajado. Mi madre solía pasear por el jardín y se mostraba muy contenta cuando le traía flores de diferentes colores de mis expediciones.
Al Alfa se le hizo un nudo en la garganta, en ese momento no solamente recordaba a su difunta madre, si no a su hermosa luna que también amaba pasar horas en el jardín.
Todavía recordaba aquel día en el que volvió de un largo viaje, como encontró a su madre y a su luna muertas, ellas habían sido asesinadas por un clan de vampiros. El Alfa se culpó tanto por no haber estado ahí para salvarlas. Ahora era conocido como el Alfa viudo.
— ¿Y... En donde e