La verdadera identidad de Alejandra.
Justo en ese momento en que Alejandra y el Alfa Romano recordaban sus tristes pasados. una voz se escuchó.
— Papá, estás aquí, ¿Eh? He estado preguntando por ti, pero siempre me dicen que estás ocupado.
Un bello cachorro de cuatro años con la misma estampa de su padre, ojos azules, cabello blanco y su misma esencia, llegaba hasta Ale y el imponente lobo.
— Joshino, ¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar tomando tu lección. — el Alfa enarcó una ceja.
Alejandra se había quedado sorprendida. Entonces el Alfa era padre de un lindo cachorrito.
— La lección estaba aburrida, me escape del maestro.
En ese preciso momento un lobo de aspecto maduro y de vestimenta antigua llegaba corriendo buscando a su alumno.
— Jovén príncipe, se ha escapado de nuevo, su padre el Alfa, ya le había advertido que no lo hiciera. — Regalaba el maestro.
— Quería ver a papá, además esa lección de matemáticas no me gusta, esas cuentas ya me las he aprendido. Solo me aburro y me da sueño