La sala de juntas en *The Moore Group* estaba llena. Los antiguos empleados de Hartley Enterprises ocupaban sus lugares con expresiones diversas: algunos expectantes, otros tensos, unos pocos claramente escépticos. El aire estaba cargado de historia, de lealtades pasadas y jerarquías que ya no existían.
Noah entró primero, con paso firme, seguido por Isabelle. Aunque ya no era parte formal de la empresa, su presencia aún tenía peso. Su nombre, su trayectoria, su forma de mirar a cada persona como si supiera exactamente qué necesitaban escuchar.
Noah se colocó al frente, saludó con cortesía y esperó a que todos se acomodaran. Luego, sin rodeos, cedió la palabra.
—Hoy no hablaré yo. Escuchen a quien ustedes conocen mejor que nadie.
Isabelle dio un paso al frente. Vestía con sobriedad, pero con una elegancia que imponía respeto. Se detuvo frente a la mesa larga, apoyó las manos sobre ella y recorrió con la mirada cada rostro.
—Sé que muchos de ustedes aún se sienten parte de Ha