Julienne Percy
"Él no sospecha nada. Davian está furioso, pero convencido de que alguien del norte te ayudó a huir. Nunca imaginaría que estás en tierra humana. Aquí todo está tranquilo, por ahora. Mantente a salvo. ’’
Roan.
Solté el aire que había estado conteniendo, Roan era muchas cosas, pero ante todo, era mi hermano. Su lealtad no tenía precio, y saber que Davian aún estaba a ciegas me daba una sensación de seguridad. Me recosté contra los cojines con la carta aún en la mano, sentí paz.
Una semana después, acepté salir con Zaren de nuevo. No era una cita en el sentido convencional… o al menos eso me repetí una y otra vez mientras me miraba al espejo, ajustando el vestido largo color vino que Leila me había prestado. Algo sencillo, pero con suficiente caída como para sentirme femenina.
Zaren llegó puntual, como siempre. Traía una chaqueta oscura y una sonrisa de esas de dentadura blanca. Me ofreció el brazo con esa mezcla de caballerosidad y torpeza encantadora que había llegado a