CLARIS:
Justo cuando llegué cerca de la lancha, una explosión de luz roja me cegó por un instante. Mis patas se afianzaron en la superficie y un gruñido de pura frustración escapó de mi garganta. Sarah había cambiado de táctica: las Lobas Antiguas danzaban alrededor de un círculo de fuego que ahora protegía a mis cachorros. Sarah levantó la mirada hacia Kieran y, con una voz cargada de veneno, dijo:
—Llegaron demasiado tarde, Guardiana Lunar. Este ciclo no es tuyo para romper.Las palabras se estrellaron contra mi pecho como un golpe. Pero Lúmina rugió dentro de mí, rechazando la idea de fracaso. De un salto, me impulsé hacia la lancha, ignorando la barrera de fuego que quemaba mi pelaje. No me importaba. Mis hijos eran lo único que importaba.Vi el destello de sus pequeños ojos asustados a través de la burbuja mágica. Sus d