CLARIS:
El aire en la caverna parecía más denso con cada palabra que Kieran decía. Mi mente trataba de procesarlo todo, pero era como intentar atrapar agua con las manos: cuanto más lógica buscaba, más resbaloso se volvía.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de todo esto? —pregunté finalmente, rompiendo el silencio—. ¿Cómo puedes decirme que soy algo que ni siquiera entiendo? ¡¿Una Loba Lunar Mística?! Ni siquiera sabía que esto existía hasta ahora, y ahora tú hablas de destinos, de hijos que ni siquiera recuerdo. Lo miré, buscando desesperadamente algún atisbo de duda en su rostro. Pero no había nada. Solo seguridad. Solo fe. Algo que yo no tenía. Sentí a la otra voz en mi cabeza, esa que me decía que era mi loba, Lúmina, en la que me había convertido. Me dec&i