KIERAN:
Maldije entre dientes, con una frustración evidente. Aquello era solo el comienzo. El camino hacia mi Luna, hacia lo que realmente queríamos proteger, estaba lleno de enemigos y secretos oscuros, cada vez peores.
—Mis hermanas son muy lindas, rubias y de ojos verdes —siguió hablando el lobo—. Papá les selló sus lobas, decidido a vivir como humano. Pero un día se apareció en la casa un lobo gris pidiendo la mano de una de mis hermanas, y se casaron. Luego se la llevó lejos. Ángela, su gemela, la encontró y la siguió. Fue lo último que supe de ellas.—¿Y por qué dices que las tiene Crimsonox? —pregunté, pensando en la similitud entre su historia y la de las humanas que teníamos en la reserva.—Vi con mis propios ojos cómo se tragaba a mis padres. Papá dijo que iba a pedir ayuda al alfa de alfas,