📍 Villa Leone — Despacho de Greco
La tarde caía sobre la villa, tiñendo de dorado los ventanales. Greco estaba revisando informes de seguridad, cuando la puerta se abrió suavemente. Nonna Vittoria entró con paso firme, acompañada por Lorenzo.
—Greco, necesito hablar contigo —dijo la anciana, con ese tono que nadie osaba discutir.
Él se levantó de inmediato y la ayudó a sentarse en el sillón.
—Dimmi, Nonna.
Ella entrelazó las manos sobre su regazo, sus ojos cargados de una seriedad distinta.
—Durante mi viaje conocí a alguien… un hombre con poder real, más allá de las calles, más allá de nuestras rutas. Tiene conexiones en los gobiernos europeos, mueve finanzas en Suiza y Luxemburgo, y odia profundamente a los rusos por negocios que le destrozaron hace años.
Greco frunció el ceño, inclinándose hacia ella.
—¿Un aliado?
—Un posible aliado. —Vittoria sostuvo su mirada azul con la misma dureza—. Pero es alguien que solo confía en viejas amistades, no en promesas vacías. Me pidió que lo re