Teatro La Scala – Florencia, 8:00 A.M.
Los reflectores aún no se habían apagado del todo cuando Arianna cruzó el vestíbulo del teatro. Las ovaciones todavía retumbaban en sus oídos como una música sagrada. Fue recibida por un grupo de directivos del comité con flores, sobres y sonrisas.
—Señorita Veltri —dijo un hombre con acento nórdico—, su presentación ha sido histórica. Además del reconocimiento honorífico, ha ganado una beca completa para perfeccionarse en Moscú. También este premio económico de la Fundación Vittorio Rinaldi.
Arianna parpadeó, asimilando lo irreal. El viaje, el dinero, la posibilidad de perfeccionarse lejos. Era un salto hacia lo desconocido, pero también hacia lo soñado. Sin embargo, mientras la prensa comenzaba a rodearla, un cosquilleo le recorrió la nuca. Ya no era la primera vez que sentía eso. Una sensación... familiar. Una escena que parecía repetirse sin razón. Deja vú.
Desde la muerte de su abuela, Arianna tenía episodios breves en los que todo se volvía