Florencia – Tarde en las sombras del poder.
La tarde caía sobre Florencia, pintando los tejados de dorado y rojo, pero el corazón de la ciudad latía con secretos más oscuros. Greco se encontraba en una antigua enoteca de piedra oculta en el subsuelo de la ciudad, donde el aire olía a madera añeja y vino derramado. Allí, entre velas encendidas y botellas polvorientas, lo esperaba Bruni, un antiguo rival de Rocco que había sido silenciado años atrás con traición y dinero sucio.
Greco entró sin escolta, sus pasos firmes resonando en el silencio del lugar. Bruni levantó la vista desde la mesa del rincón más oscuro.
—Greco Leone… —dijo con una voz ronca por el tabaco—. Pensé que tú y yo nunca volveríamos a cruzar caminos sin sangre entre medio.
—Tal vez hoy sí haya sangre —replicó Greco, tomando asiento frente a él—. Pero no será mía.
Bruni encendió un cigarro y exhaló con lentitud.
—¿Qué quieres?
—Quiero lo mismo que tú —Greco entrecerró los ojos—: ver a Rocco en ruinas. Tú quieres tu ter