Capítulo 56 – La reina de las cenizas.
POV Manuela.
El sol de Nápoles se filtra a través de las persianas de la villa, dibujando rayas doradas sobre el suelo de mármol italiano que tanto me costó elegir. Me despierto antes que él, como siempre, a las seis en punto. El silencio de la casa es absoluto, roto solo por el lejano rumor del mar y el tic-tac del reloj de pared que heredé de Víctor. Bajo a la cocina amplia, con sus encimeras de granito negro y vistas directas al golfo, y preparo el café en la máquina exprés que él adora. El aroma intenso llena el aire mientras corto fruta fresca —fresas, kiwi, melón— en un bol de cristal. Coloco todo en la mesa del comedor: servilletas de lino, mermelada casera que finjo haber hecho yo misma, pan recién horneado de la panadería del pueblo. Soy la esposa perfecta: tierna, atenta, la que organiza cenas con socios “de la importación de aceite”, la que lo espera con la cena lista cuando regresa de la oficina, la que recuerda sus aniversarios inventados.
Santiago aparece en la puerta de