Capítulo 44 – Fuego y Cenizas.
POV Santiago
Italia no era nueva para mí, pero esa vez se sentía como un castigo. No había glamour, ni vino, ni paisajes de ensueño; solo la sombra del peligro acechando en cada rincón. Volamos bajo identidades falsas, sin equipaje, sin margen para errores. Amelia no habló durante todo el vuelo. Su expresión era la de una mujer que había dejado el miedo atrás hacía tiempo. Pero en su mirada… ardía una furia contenida, una mezcla entre culpa y esperanza.
Cuando aterrizamos, una mujer nos esperaba en la pista. Alta, de movimientos precisos, vestida de negro. Su presencia imponía respeto.
—Daniela —se presentó, extendiendo la mano—. Fui contacto de Amelia hace años. Rodrigo no sospecha nada.
Nos condujo a una camioneta sin placas, con vidrios polarizados.
—La villa está en Toscana. Rodrigo la utiliza como base desde la muerte de Antoni. Es un fortín: hombres armados, cámaras térmicas, francotiradores.
—¿Y Gabriela? —pregunté, intentando mantener la calma.
Daniela asintió sin rodeos.
—Una