POV Martina

El sol de la tarde bañaba la entrada de la clínica con una luz cálida y engañosamente tranquila.

Las guirnaldas color pastel ondeaban al compás de la brisa marina, los globos formaban un arco en tonos marfil y dorado, y sobre el cartel central, en letras elegantes, podía leerse:

“Bienvenidos, pequeños Montero.”

Era mi baby shower.

Una celebración íntima que Santiago había organizado junto a mi equipo médico y un par de amigos cercanos. Yo había insistido en hacerlo en la clínica, “mi segundo hogar”, como solía llamarla.

Quería que mis hijos sintieran, incluso antes de nacer, la energía de ese lugar que había sido mi sueño más grande… y también mi herida más profunda. Las mesas estaban decoradas con hortensias, cupcakes artesanales y pequeñas figuras de porcelana con forma de ángeles. Santiago, impecable como siempre, supervisaba cada detalle mientras yo intentaba disimular el cansancio que me pesaba en la espalda. Mi vientre ya se notaba redondo, hermoso, desafiante.

Dos v