Capítulo 30 – Dos latidos en un solo amor.
POV Martina
Los días se volvieron extrañamente tranquilos, como si el mundo estuviera conteniendo la respiración.
Desde el ataque en mi clínica, nada volvió a sentirse igual. El olor a desinfectante ya no me recordaba a limpieza, sino a esa noche. Cada vez que entraba en mi oficina, podía ver en mi mente la escena: los chocolates en el escritorio, el mareo, la sombra de Adrián acercándose. El mismo lugar que había soñado construir para sanar a otros, casi se convertía en mi tumba. Y, sin embargo, estaba viva. Más que viva: dentro de mí crecía una nueva vida.
Ya sabía del embarazo.
Habían pasado casi dos meses desde que lo confirmé, y aún me parecía increíble. A veces despertaba sobresaltada, tocándome el vientre como si necesitara asegurarme de que seguía allí. Era mi secreto más sagrado. Mi fuerza. Mi recordatorio de que, pese a todo lo que intentaron destruir, todavía había luz.
Santiago lo supo la misma noche que recibí los resultados. Lloró. No lo había visto llorar nunca. Desde e