Capítulo 33. Un hermanito para Camila
Sofía bajó del coche con el corazón latiendo con fuerza. Aún no superaba del todo lo ocurrido horas antes, pero la idea de estar bajo el mismo techo que Marcus, aunque fuese temporalmente, le traía una calma inesperada.
Subieron en silencio, tomados de la mano. Al entrar al apartamento, lo primero que notó fue el aroma a hogar: suave, cálido… acogedor. Pero entonces, una vocecita familiar rompió el ambiente.
— ¡Papiiii!
Sofía giró la cabeza de inmediato.
Camila apareció desde el pasillo con una muñeca en brazos, y al verla, se detuvo en seco. Sus ojos brillaron de reconocimiento. Luego soltó la muñeca y corrió hacia ella.
— ¡Sofi! ¡Sofi!
Sofía no pudo contener las lágrimas. Se agachó de inmediato y la estrechó con fuerza, enterrando la cara en su cuello, besándola por todas partes: las mejillas, la frente, el cabello.
— Mi amor… mi niña hermosa… —susurraba entre sollozos —. ¡Te extrañé tanto, tanto!
Camila la abrazó con fuerza, como si lo hubiera esperado todo ese tiempo. Marcus, detrá