Extra 1. Alex y Eve
El anillo brillaba bajo la tenue luz de la habitación cuando Alex se arrodilló ante Eve. Estaban en la cima de un rascacielos, en una cena organizada solo para ellos dos, con la ciudad iluminada como testigo. Eve estaba en shock, pero cuando lo miró a los ojos y vio todo el amor contenido en ellos, no dudó un segundo.
— Sí — susurró, riendo entre lágrimas —. Claro que sí, Alex. Dios, esto es… maravilloso. ¡Un sueño! Es tan perfecto.
Desde ese día, fueron más que una promesa: se convirtieron en un hogar.
Durante el embarazo, Alex fue insuperable. Cada día traía algo distinto: jugo natural a las cinco de la mañana, paseos al parque con música clásica en los audífonos de Eve, y hasta un cuaderno donde anotaba cada antojo para intentar replicarlo o encontrarlo. La adoraba. Cada cambio en su cuerpo, cada molestia, la vivía con ella. Si a Eve le dolía la espalda, a Alex le dolía el alma.
Pero el pasado… el pasado nunca se iba del todo. Y durante esos meses, tuvieron que afrontarlo.
Fue una