MARTÍN:
Clío observa desde el costado; sus ojos no pierden detalle, pero se cruza de brazos y asiente satisfecha.
—¿Y qué más? —le animo mientras él parece decidir si continuar o no—. Quiero escuchar todo.—Bueno, también me gusta leer cosas de aventuras. ¿Sabes? Tengo tres libros de piratas —dice con un brillo en la mirada—. Te los puedo prestar si quieres leerlos. También soy muy bueno en patinaje.—¿Ves? En eso sí te puedo acompañar; sé esquiar muy bien —respondo, viendo cómo su rostro se ilumina aún más.—¿Te gusta de verdad, papá? —pregunta con emoción.—Claro que me gustan. Por algo heredaste ese gusto —bromeo, y entonces él se ríe bajito, aún tímido, pero con algo más en su mirada.Manuel me toma de la m