287. LA POSIBLE VERDAD
CLÍO:
Miro a Leo ante la afirmación de mi padre biológico. Está muy pálido y niega con la cabeza.
—¡Eso que acaba de decir es imposible en todos los sentidos, señor Elliot! —repite firme otra vez.
—¿Estás seguro, Leonard? —pregunta Elliot—. Mis fuentes son muy confiables y me aseguran que ella logró hacerse con una muestra de tu esperma.
—Estoy muy seguro, señor —contesta Leonard con firmeza—. Mi primera novia fue Cintia, y nunca hicimos nada de sexo, y las veces que me masturbé, lo hice solo en la ducha.
Mis ojos se clavaron en la expresión de Leo. Quería confiar en él, pero algo dentro de mí no podía ignorar la duda que Elliot había sembrado con sus palabras. La posibilidad era demasiado perturbadora para no considerarla.
—Leo —mi voz tembló apenas—, ¿hay algo que no me estés diciendo?
—No, claro que no, eso es absurdo —contestó de inmediato, pero su mirada se desvió, enfocándose en algún punto perdido de la habitación.
Guardamos un silencio denso, casi insoportable. Elliot, con e