Capítulo 76.
POV Valeria
Desde que abrí los ojos, supe que algo estaba mal. Armando no estaba en la cama. Bajé las escaleras y lo encontré en el despacho, rodeado de informes, hablando por teléfono con un tono seco y militar, como si se hubiera puesto otra vez el uniforme de general, aunque vistiera ropa civil.
—Los rusos no se van a detener —decía, con los ojos clavados en la mesa—. Quiero vigilancia en todas las entradas. Nadie entra, nadie sale sin autorización.
Me quedé en la puerta, esperando a que notara mi presencia. Cuando por fin colgó, levantó la vista hacia mí.
—¿Dormiste bien? —preguntó, aunque su tono sonó más a cortesía que a interés real.
—No —respondí, cruzando los brazos sobre el pecho—. No puedo dormir sabiendo que hay gente allá afuera que quiere matarnos.
Él suspiró, frotándose el puente de la nariz.
—Yo me ocupo de eso, Valeria. Tú concéntrate en la empresa.
—¿La empresa? —repetí, sintiendo cómo la rabia me subía por la garganta—. ¿De verdad crees que puedo concentrarme en bal