Capítulo 74.
POV Valeria
El vapor del baño aún cubría mi piel cuando salí envuelta en la bata. Me detuve en seco al verlo. Armando estaba sentado en la cama, mi computadora sobre sus piernas, los dedos moviéndose con rapidez sobre el teclado. Su ceño fruncido y la tensión en su mandíbula me hicieron saber, sin necesidad de preguntar, que lo que había encontrado no era nada bueno.
—¿Es tan grave? —pregunté con cautela, secándome el cabello con la toalla.
Él levantó apenas la vista hacia mí. Sus ojos oscuros estaban cargados de una dureza que me erizó la piel.
—Es muy grave, Valeria. —Su voz era baja, pero helada, como si cada palabra llevara el peso de una condena—. Los documentos que circulan en las redes, los que están en los periódicos… es el contrato que firmamos.
Sentí un vacío en el estómago.
—¿Nuestro contrato? —susurré, sin aliento.
—Sí —respondió, sin apartar la mirada de la pantalla—. El contrato donde tú te comprometías a transportar armas dentro de los vehículos importados, junto con di