Capítulo 73.
POV Valeria
La rabia era un veneno lento que me quemaba por dentro. Armando había sido mi sostén en mis días más oscuros, cuando pensé que no podría superar la humillación de haber sido drogada y tocada por otro. Fue él quien me recogió de entre las cenizas, quien me hizo creer que aún podía reconstruirme. Pero ahora, cuando se trataba de Carla, se negaba a escucharme. Cerraba los ojos, me daba la espalda, como si mis palabras fueran exageraciones, como si yo inventara un enemigo que no existía.
Esa indiferencia me hería más que cualquier golpe. Me dolía porque venía de él.
Me había prometido que nunca volvería a llorar por un hombre. Que después de todo lo vivido, nadie volvería a tener el poder de quebrarme. Y sin embargo, ahí estaba: derramando lágrimas silenciosas, sintiendo la soledad de una cama fría y un corazón herido. No lloraba por celos, ni por inseguridad… lloraba por el muro invisible que Carla había puesto entre nosotros, y que Armando parecía dispuesto a mantener en pie