Capítulo 119.
POV Valeria
El cielo estaba gris, cubierto por nubes que parecían llorar con nosotros. La llovizna caía ligera, impregnando el aire con ese olor a tierra mojada que tantas veces me había resultado reconfortante, pero no esa mañana. Ese día, cada gota que caía sobre mi rostro era un recordatorio de la pérdida que nos reunía en el cementerio.
El ataúd de Jonathan descansaba frente a nosotros, cubierto con flores blancas y una bandera doblada que recordaba su pasado militar. No podía dejar de pensar en la ironía: un hombre que había vivido entre sombras, que había cometido errores, pero que en el último instante eligió la redención. Dio la vida por mí, y eso lo cambiaba todo.
Armando estaba de pie junto a la tumba, vestido de negro, con los hombros tensos. Su rostro era una máscara de dolor contenido, pero yo lo conocía demasiado bien. Vi en sus ojos la tormenta que luchaba por salir. Cuando el sacerdote terminó sus palabras, fue Armando quien pidió hablar.
—Jonathan Smith —empezó con vo