AURA.
La mañana de la entrevista ha llegado. El hospital huele a antiséptico y a promesas inciertas. Lily, mi hermana, está acostada en una cama blanca, con el tobillo escayolado y elevado. Ha pasado la noche relativamente tranquila, y la certeza de que mi trabajo es vital me da una dureza que no sabía que poseía.
Estoy de pie, junto a la cama, ajustándome el blazer de corte impecable. Me he vestido con lo mejor de mi guardarropa: un traje de falda lápiz color gris acero, tacones que no son prácticos para una visita al hospital, y un maquillaje fuerte que disimula las ojeras de la noche en vela. Esta no es Aura la hermana cuidadora; esta es Aura la periodista de élite, la que va a cazar a Christopher Jones.
— ¿Cómo me veo, Lily? —pregunto, girando sobre mí misma para que me vea. La fragilidad de Lily la hace brutalmente honesta.
Lily me observa con sus ojos azules, llenos de esa sabiduría que da el dolor crónico. Sonríe, pero su expresión es compleja.
— Te ves… impresionante, Aura. Re