Celina sonrió, conmovida.
—Vas a hacerme llorar otra vez, Zoe…
—Ahora puedes llorar todo lo que quieras —bromeó Zoe con un guiño—. El rímel es a prueba de agua.
—Felicidades, pareja —dijo Arthur, levantándose y extendiendo la mano hacia Thor—. Que sean aún más felices de lo que ya son.
—Gracias, hermano —respondió Thor, estrechándole la mano con fuerza y sinceridad.
Celina se volvió hacia Gabriel y Ava, que también se levantaron. Gabriel la abrazó como quien abraza a una hermana.
—Estabas preciosa, Celi. Ese tipo de belleza que detiene hasta el tiempo.
—Gracias, Biel…
—Felicidades, Celina —dijo Ava, extendiendo la mano con una sonrisa cordial—. Que esta nueva etapa sea plena y equilibrada.
Celina no pudo evitar sonreír levemente.
—Solo tú desearías equilibrio en un matrimonio. Eres sensacional, Ava. Pero me encantó. Gracias de corazón.
Todos se sentaron y fueron atendidos por un equipo discreto y eficiente. El menú estaba delicadamente elaborado con platos ligeros, una mezcla elegante