Thor y Celina se miraron. Él apretó un poco más su mano. Celina asintió, tragándose la emoción que ya amenazaba con desbordarse.
—¿Qué es, doctora? No aguanto más la ansiedad. ¡Dígame, por favor!
—Un momento, mamita… solo necesito un ángulo mejor…
Entonces la imagen se estabilizó. La médica sonrió.
—Ahí va… —dijo, ampliando la imagen—. Tenemos… ¡una niña!
Zoe soltó un gritito de emoción y empezó a grabar desde todos los ángulos.
Celina se llevó las manos a la boca, con los ojos llenos de lágrimas.
—Una niña… amor, no puedo creer que vamos a tener una nena.
Thor parpadeó varias veces, aún en shock.
—¿Una… niña? Dios mío… estoy perdido.
—Dicen que cuando es niña, vienen a enseñarle al padre… —dijo Celina sonriendo, con las lágrimas rodándole por la cara.
Zoe soltó una carcajada.
—¡Avísenle al FBI: este padre va a colapsar! Ya me imagino a Thor en el primer noviazgo: “Me llamo doctor Thor Miller y esta es mi arma, mucho gusto, Lucas.”
La médica sonrió también, aunque seguía concentrada.