Fue como una descarga eléctrica.
Se quedaron así, un segundo demasiado largo, cerca, vulnerables. La mirada de él decía más que cualquier palabra. La de ella… era un mar de sentimientos contenidos.
Thor apartó la vista, desconcertado. Carraspeó y ella volvió al procedimiento, más seria, más rápida.
—Listo… terminé.
Él se levantó, tomó la bandeja y fue al baño y entonces… sonó el móvil.
Estaba sobre la cama, junto a Celina.
Ella miró la pantalla: “Modelo”. La misma del video estaba allí, destrozando ese momento.
Celina se heló.
Agarró el teléfono sin pensar. Thor salió del baño secándose las manos y se detuvo al verla con el aparato en la mano.
Ella se lo extendió, con el rostro ya transformado. La expresión suave de minutos antes había desaparecido. Ahora solo quedaba la frialdad.
—Toma.
Él tomó el móvil y rechazó la llamada de inmediato.
—Celina…
—No quiero ver película. Quiero volver a mi cuarto.
—No hace falta… —dijo él, tratando de conservar la calma—. No tengo nada con ella. Fue