LA CASA.
Dejé a Pablo y a don Julio que hablaran de sus negocios, yo me disculpé y me retiré con Ponky para donde el veterinario, para que lo revisara y para poder hacerle unas preguntas acerca de sus cuidados, ellos hablaron por un buen rato, cuando estaba con el veterinario llegó uno de los meseros a indicarme que Pablo me buscaba, que, si podía ir a la mesa para almorzar, comimos algo, yo en completo silencio, pensando en todo lo que don Julio me había contado, este señor era increíble, me despedí de don Julio, con un abrazo fuerte, él debía ir a otra reunión, él me abrazó con mucho cariño, me dijo palabras muy hermosas y me repetía que era igual que mi madre; él se marchó del lugar.
Pablo y yo fuimos por Ponky al veterinario, todo bien con el cachorro, Pablo me dijo que me iba a llevar a un lugar muy especial, en donde nunca había llevado a nadie que no fuera de la familia, que le encantaría que yo conociera un lugar muy importante para él, yo me sentía un poco cansada, pero me daba pena d