Subimos a la segunda planta, Pablo abrió una puerta, donde se podía ver una cama gigante.
-Ven hermosa, recuéstate aquí, nadie te va a molestar, iré por un analgésico, recuéstate porfa, me dio un beso y salió de la habitación.
Era una habitación como el doble de grande que todo mi apartamento, inmensa, con una cama hermosa con diseños diferentes a lo que había visto y muy confortable, con unas mesitas de noche en tono negro, todo muy minimalista entre tonos negro, gris y blanco, un mueble de libros, en donde se podía ver libros de ediciones especiales, habían muchos sobre el universo, pude ver un catálogo que se llamaba “DIAMANTES POLVO DE ESTRELLAS” es un catálogo de joyería muy exclusiva, mis amigas y yo una vez lo miramos, cualquier persona con buen gusto quisiera tener al menos un detalle de aquellos, que estaban exhibidos, todos los pendientes, cadenas, dijes, anillos, relojes entre otros productos más, absolutamente todo tiene un diamante en forma de luna, estrellas, planetas, todo lo que tenga que ver con el cosmos, por supuesto que yo quería todo lo que había en aquel catálogo, pero si mis amigas lo pensaron para comprar un detalle, por el valor que tenían, pues yo ni imaginarlo, ahora me imagino que de ahí fue donde Pablo eligió la hermosa cadenay los preciosos pendientes que me regaló, de definitivamente debió de tener un precio exorbitante, que no podría ni imaginar, solo que no estaban en el catalogo, en la habitación también habían unos sillones para leer cómodamente, tenía un área de televisión completa, con otro sofá que se podía ver cómodo para tomar una siesta, me levanté de la cama, podía sentir la alfombra suave bajo mis pies, realmente era confortable, podría dormir en aquella alfombra fácilmente, era muy parecida a la alfombra de la cabaña donde había estado la noche anterior con Pablo, (vino a mi mente la frese “soy virgen” y me llenaba de pena y un poco de rabia), solo que esta no era de color blanco, sino de color gris oscuro con algo de blanco, caminé hacia una puerta que había al costado de la habitación, la abrí y era un armario gigantesco, de verdad impresionante, ni en las películas había visto algo así, mis amigas tienen armarios gigantes, pero nada que se pareciera a esto, de un lado, había mucha ropa de hombre, alguna con etiqueta, trajes enteros, camisas, camisetas, mezclilla, jacket, se podía ver que toda era ropa de diseñador y estaba extremadamente ordenada, al fondo muchos zapatos de todos los estilos, por supuesto que todo de muy buen gusto y de diseñador, más al fondo habían muchas corbatas de diferentes colores, un lugar donde fácilmente se podían observar unos cincuenta reloj de marcas exclusivas, me di vuelta y vaya sorpresa, en shock, había mucha ropa para mujer, vestidos elegantes, blusas, zapatos de todos los colores y estilos que combinaban con los bolsos de diseñador, pantalones de varios colores, todo ordenado por colores desde lo más oscuro hasta llegar al blanco, en un lugar del armario habían muchas cajas de joyería de la marca “diamantes polvo de estrellas”, se podía ver que era de la empresa de diamantes de Pablo, eran muchas cajas grandes y pequeñas, bolsas con maquillaje de chanel y productos de cuidado femenino, además se podía ver muchas bolsas que no habían sido abiertas con ropa íntima femenina, no quería ni imaginar que iba a encontrar en aquellas bolsas si se me ocurría husmear, así que dejé las cosas así y no miré, unas cajas con colonias, pude ver las marcas, todas de muy alta gama, la que menos valía según recuerdo, cuando voy con mis amigas a esos lugares, es de diez mil dólares, mis amigas en algunas ocasiones me regalan alguna colonia, no siempre se las acepto, porque no me parece justo que se gasten su dinero en mí, por esa razón es que sé el valor económico de aquellas cosas, era una importante suma de dinero, estábamos hablando de varios millones de dólares solamente en aquel armario; me sentí triste, porque aquello era de alguna mujer con la que Pablo estaba antes de mí, seguramente vivían juntos, para que todas esas cosas estuvieran en su habitación, debió ser una relación estable y seria, para tener la confianza de dejar la ropa colgada y tener un espacio en el armario, ¡vaya! y yo estaba ahora ahí con cara de tonta, que por chismosa, me había metido donde no tenía, si me hubiera quedado acostada en aquella cama, ahora no estaría sintiéndome triste.
Suena mi teléfono, pensé que era un mensaje de mis amigas, corro a tomarlo y se leía un mensaje, “debo de atender una llamada, en un momento voy hermosa” un mensaje de Pablo, eso me daba tiempo para reponerme de lo que había visto, de pensar en otra cosa, de no sentirme tan miserablemente celosa como me estaba sintiendo, no era justo para él encontrarme con aquella cara triste, cuando él solamente se había comportado como el mejor.
Como Pablo se iba a tardar un poco, abrí otra puerta, daba a una ducha en mármol, con una tina gigante, una ducha hermosa, todo de muy buen gusto, lavabos dobles con agua fría y caliente, un tocador espectacular en donde habían productos para hombre, colonias, muchas que me llamaron la atención, ahí no había nada barato o de mal gusto, todas las que habían sobre la mesa, tenían como mínimo un valor de diez mil dólares cada una, no había ninguna cosa de mujer en aquel tocador, como buena mujer que soy, le presté atención a ese detalle, con un espejo gigante, en donde pude ver mi cara triste, me lavé la cara, tomé una toalla para secarme, realmente me veía triste, no era posible que me sintiera de esa manera, cuando Pablo conmigo solo se había portado como el mejor a mí nadie me tenía husmeando donde no me habían llamado, yo me lo había buscado, ya esa mujer no estaba, ahora estaba conmigo y seguramente, no pensó que yo iba a ver toda esa ropa. (yo tratando de darme ánimos sola)
Regresé a la cama y me recosté un rato, sentí cuando Pablo entró a la habitación, me hice la dormida, porque no quería que se me notara que, por andar de chismosa, me había llevado una decepción de la que él no tenía la culpa.
-Hermosa, esta dormida, debes de tomarte un analgésico, ven mi princesa.
Pablo me abrazó por la espalda, atrayendo mi cuerpo hacia el suyo, yo me di vuelta y lo abracé de frente, le dije con una vos triste que donde estaba el analgésico, él me dio un vaso con agua y una pequeña pastilla para que me sintiera mejor, seguramente Pablo pensaba que me sentía mal por lo de mis padres, y la verdad por ellos estaba bien, había recalcado para mi misma que eran personas de bien, a las que muchos apreciaban de corazón, estaba un poco triste por lo que había visto, pero no podía decirlo, jamás, se supone que yo no me levanté para nada de la cama.
Me tomé el analgésico, Pablo me beso suavemente, yo le respondí el beso, cada vez más intenso, las respiraciones se iban poniendo cada vez más pesadas, abrazados en aquella cama, sentí la entrepierna de Pablo, como se iba poniendo duro, sus manos recorrían mi espalda, bajó el cierre de mi vestido al mismo tiempo que yo le quitaba su camiseta, desabroché su pantalón, él bajó mi vestido, quedé en mi ropa íntima, la cual me quitó lentamente mientras me besaba yo terminé de quitar todo, los dos desnudos sobre aquella cama, él sobre mí, me besaba, podía sentir cuan excitado estaba igual que yo, besaba mi boca con fuerza, bajó a mi cuello, mis senos, jugó un poco con ellos, estaba que estallada de excitación, de verdad, nunca había llegado a esto, bajó pasando su lengua por mi vientre, bajó bajó, yo sentía que me moría, gimiendo de placer al sentir su lengua por mis partes intimas y sus manos como me apretaban todo el cuerpo, fue tanta la excitación que acabé en su boca gimiendo de placer.
Pablo se levantó, me giñó un ojo, se acercó a mi completamente desnudo, se iba a acostar a mi lado, cuando tomé su mano y lo acerqué, no era justo que no le diera un poco de placer a este hombre que había logrado todo aquello, lo acerqué y metí su miembro en mi boca, nunca había hecho una felación a nadie, pero era el momento de intentarlo, pues tanto empeño en que se sintiera bien, aquel hombre de pie frente a mí, estaba muy excitado, hasta que acabó en mi boca, me sentí triunfante, porque nunca lo había hecho, ¡lo logré! Decía para mis adentros, podría parecer algo estúpido, pero para mí, era un gran logro.