Ignacia era una mujer afortunada, había nacido en una familia rica y siempre había vivido rodeada de lujos y comodidades. Se casó con el hombre de sus sueños, un empresario con el que tuvo dos hijos. Sin embargo, su vida cambió de la noche a la mañana cuando su esposo decidió abandonarla y echarla a la calle con sus hijos. Ignacia no estaba acostumbrada a la pobreza, pero tuvo que aprender a sobrevivir con muy poco. Trabajaba largas horas en empleos mal remunerados para poder pagar el alquiler y poner comida en la mesa. A pesar de las dificultades, nunca perdió la esperanza y luchó por darles a sus hijos una vida digna. Pero su suerte empeoró cuando descubrió que un hombre muy poderoso le exigía que se casara con él para pagar una deuda que sus padres habían contraído con él. Lo que Ignacia no sabía es que ese hombre era un antiguo conocido suyo, alguien que ella había humillado y lastimado en el pasado, y que ahora estaba sediento de venganza. A pesar de la resistencia inicial de Ignacia, finalmente se vio obligada a aceptar la propuesta del hombre poderoso para poder mantener a sus hijos. Pero lo que ambos desconocían era que tenían un secreto en común, un error del pasado que había dejado una huella imborrable en sus vidas. A medida que la historia avanza, Ignacia y el hombre poderoso se ven obligados a enfrentar su pasado y a descubrir que tienen más en común de lo que imaginaban. Finalmente, ese secreto compartido les permite dejar atrás la venganza y encontrar la paz y la felicidad que tanto anhelaban.
Leer másMatías era un chico de clase humilde, su error fue enamorarse de manera obsesiva de Ignacia, una muñeca bonita pero muy fea y desagradable en su interior. En su arrogancia, presumía más de lo que tenía porque su belleza exterior, aunada a los halagos de su madre, la habían convertido en una persona egocéntrica que solo se fijaba en ella y en nadie más.
Estaba enamorada de Sebastián, un ser vil que solo utilizaba a los demás para beneficio propio. Ignacia, como la ingenua que era, creía que no había nadie mejor para ella que él, debido a su posición social encumbrada, mientras que la del pobre diablo, que le profesaba amor incondicional, era pobre y trabajaba en un Delivery.
Matías, entusiasmado y lleno de ilusiones, llevó a un parque a la dueña de sus pensamientos y le declaró su amor. Esta fue la primera ofensa que él obtuvo de parte de ella; la muchacha no tuvo reparos en llamarlo mendigo y pordiosero. Lo humilló delante de todos los presentes que miraban la escena con pena al ver la cara del joven al que se le apagaba la mirada.
Para Ignacia, llamarlo de esa forma no estaba mal porque le habían enseñado a separar las clases sociales, y eso la había convertido en una persona vacía y negra en su interior. Pero para su enamorado, la mejor manera de conquistarla y cambiar su manera de ser, era siendo dulce y llevándole flores al colegio donde ella asistía.
Como estaba en el último curso, Ignacia, se sentía poderosa y por esa razón empezó a rebajar delante de sus amigas al pobre chico. Cuando sus palabras salieron de su boca, todos comenzaron a reír, en especial al pisotear con asco las flores que le regaló diciéndole: «Mira lo que hago con tu regalo barato».
Las amigas de la joven, que eran más maliciosas, le propusieron acostarse con el crío para luego darle el tiro de gracia. Para ella, que no era virgen, no le supuso ningún problema porque el chico era muy apuesto y le producía cierto morbo. Aceptó llevarlo a la cama para que gozara y viera las estrellas junto a ella, pero al acabar, debía burlarse dándole la estocada final, hundiéndolo en lo más profundo.
Se disculpó con Matías, diciéndole que lo mal que lo trato cuando fue al colegio por miedo a perder la amistad de sus amigas, pero que la realidad era que le gustaba y deseaba que se acostaran. Él obnubilado y con el corazón a mil por la confesión de la chica, aceptó. Se gastó todo su sueldo para llevarla al mejor motel luego de invitarla a cenar.
Nunca se imaginó que ese día su destino se marcaría debido a las palabras crueles de la mujer que amaba con locura. Después de pasar la mejor noche de su vida, ella se vistió, lo miró a los ojos y le dijo con una gran repulsión reflejada en su mirada…:
—¡Mírame bien! Esta ha sido la primera y última vez que estarás con alguien como yo. Eres muy poca cosa, un naco que no tiene ni vale nada. ¡¡Jamás, óyelo bien para que se te grabe en esa tonta cabeza sin cerebro que tienes, jamás estaré con alguien como tú!! —chilló rompiendo las ilusiones del chico al que se le llenaron los ojos de lágrimas.
El muchacho bueno y de gran corazón, se frustró, sintiendo que su alma se resquebrajaba; por eso, manejado por la ira que le provocaba, recordar esas palabras tan hirientes que le espetó su amada… Quiso empezar a tener dinero, mucho, para luego restregárselo en la cara a esa mujer que lo había matado en vida.
Desapareció y se metió en negocios peligrosos. Comenzó a transportar drogas en México para pasarlas por la frontera Americana, todo lo hizo para ser adinerado y poder tener a su capricho, como él la nombró en el momento que ella lo dejó desnudo y hecho añicos en esa habitación de hotel.
«Capricho mío, serás para mí, cuésteme lo que me cueste, y pagarás muy caro todo el daño y humillaciones que me ocasionaste», se decía mientras viajaba de un lugar a otro con grandes cargamentos de mercancía.
Lamentablemente, sus malas decisiones y acciones, tuvieron consecuencias nefastas para el hombre que había dejado toda dulzura para convertir su espíritu alegre en uno de pura frialdad. Su aura dejó de brillar y solo quedó en él una oscuridad aterradora. Por eso, cuando debido a un fallo técnico fue capturado con un gran cargamento, no se desesperó.
Luego del veredicto del juez, su vida cambió. Tras las rejas dejó salir todo el odio y el rencor que llenaba su alma; poco a poco, junto a sus informantes y aliados, comenzó a crear su imperio, un mundo donde al salir lo mostraría como un gran hacendado. Sus confidentes le daban señas de todos los movimientos de Ignacia, sabía que se había casado y formado una linda vida, esa con la que soñó para ellos.
Pero lo que no sabía ella es que él le quitaría todo, la quería ver en la ruina y suplicando piedad, por eso, cuando su padre intentaba levantar un negocio, él movía sus hilos haciéndolo fracasar. Gracias a su mano derecha, obtuvo unas tierras prominentes cerca de la hacienda «La Niña».
Esta propiedad era del esposo de Irina, la hermana del medio de Ignacia. Sus hombres le habían contado que la madre de esta la había vendido al hacendado sin que ella lo supiera, todo para intentar mantener un estatus que habían perdido gracias a su mano negra que no permitía salir adelante a la familia de su tan adorado y odiado amor.
Al salir de la cárcel se mantuvo en las sombras, observaba lo que ocurría en el hogar de Miguel, que día a día se hundía más. Observar cómo se desmoronaba el matrimonio de la culpable de sus sufrimientos, lo llenaba de alegría. Sabía que pronto la destrozaría, obtendría su venganza y la vería llorando lágrimas de sangre, porque una mujer tan altanera y egoísta como ella no se rebajaría a trabajar de sirvienta.
Mientras cavilaba en todo el dolor que le ocasionaría a la principal culpable de todo, conoció la historia de Irina y Orlando. Al saber que Miguel era un hombre vil con las mujeres, comenzó a urdir un plan para destruirlo, adelantando su venganza y orillando a su antiguo amor a vivir mendigando en las calles. Deseaba verla humillada para poder gritarle a la cara, que tanta altanería no le sirvió de nada porque no era más que una sucia sirvienta, una naca.
Y pensando en todo lo que le haría vivir, dejó pasar los días, porque sabía que su futura suegra, no perdería la oportunidad de vender a una de sus hijas; es más, ya lo estaba haciendo. Lo que la ingenua mujer no sabía, es que él no aceptaría a la menor, sino a la mayor. Tenía muy claro sus objetivos, se casaba con Ignacia, o dejaba de llamarse Matías.
«La cuenta regresiva ha comenzado, conocerás el infierno en vida, tic tac, capricho mío, tic tac».
3 años después.Matías se encontraba muy alegre al notar como su casa que antes era un espacio frío y solitario, hoy es un lugar lleno de personas que se convirtieron en su familia y a las cuales no quería dejar ir. Pues con ellos aprendió a amar las risas infantiles de todos los pequeños correteando a su alrededor, y los diálogos emocionantes de Tobías, de Luisa y de su amada, quién sin importar todo lo que hizo para apartarla del cártel no quiso dejar de acompañarlo a cada entrega. Y aunque claramente le fastidia un poco, no podían quedarse los chistes sangrones de su cuñado, el doble agente, y el cual se convirtió en su mejor contacto dentro de la organización. "Puesto que para todos el Camaleón había sido asesinado por Az, y dejó de ser alguien mencionado por la justicia"Tobías y Luisa se habían mudado a su propia casa, aunque tuvieron que comprar una propiedad cercana a la hacienda, para que Matías pudiera tranquilizarse.Por su parte, Kenia y Alexis, aunque tenían planes
Continuación.Matías reconoció a Eddy y él con las flores en las manos se quedó frío como un bloque de hielo.— No es lo que estoy pensando— dijo Matías mirándolo con una ceja alzada, y al no obtener respuesta tomó bruscamente la pistola que Tobías tenía guardada bajo la pretina de su pantalón.Su plan era dispararle allí mismo, puesto que el último recuerdo que tiene sobre Eddy es cuando lo vio al lado de Az hablando sobre que él e Ignacia habían tenido sexo.—¡No Matías, espera!— le agarró Ignacia la mano. — Eddy se irá ahora mismo.Matías volteó a observarla con la mandíbula apretada sin bajar el arma.—¿Eddy? — le preguntó con ironía y repitió de la misma manera. — ¿Eddy? —Hablemos— solicitó ella aguantando las ganas de reír. Este es su mafioso enojón que ahora ardía en celos y debía domar a la bestia. Matías le pasó la pistola a Tobías.—¡Sí, claro que hablaremos! Tenemos mucho de qué hablar. — La sujetó del brazo y aunque parecía que explotaría de rabia no estaba siendo viole
Narrador.Tiempo después:“¡Cumpleaños feliz, que lo cumpla Mateo!” Gritaba Camil a todo pulmón junto a los demás niños de la familia.El pequeño estaba cumpliendo su primer año, y a pesar de todo Ignacia decidió crearle una gran fiesta, pues se propuso que iba a darles a sus hijos todo en cuanto pudiera sin necesidad de arruinar sus momentos felices.Ese día no faltó nada en esa celebración, y a pesar de la desconfianza que le generan las personas desconocidas contrató a varios animadores que pusieron a los niños a bailar y a participar en unas dinámicas que a ellos les pareció emocionante. Aunque Mateo poco disfrutó de esos juegos, ya que luego de haberse comido un gran pedazo de torta terminó agotado y se durmió dejando que los demás celebraran sin él.—Mamis Ignacia, los muchachos han pedido que vengas a compartir con nosotros. —Tobías tiró de su brazo.—Estoy con los niños. No puedo descuidarlos. — Se negó astutamente. — Dile a todos que hoy pueden embriagarse que yo me encar
Narrador.De vuelta en México, Ignacia y los demás celebraban ese nuevo triunfo, y más ella que no solo había logrado obtener justicia por su padre, sino que se dio a conocer por uno de los narcos más poderosos de Venezuela.—No sabía que tenías esa creatividad. Me quito el sombrero, pues yo te quedó corto, mamis Ignacia— bromeó Tobías y chocaron palmas mientras entraban a la sala de estar.—¡Ehh, eso se escucha bonito!— dijo jocosa, aunque mayormente no dejaba de pensar en Matías, sintiendo que si él viera en lo que se ha convertido y en cómo ha aceptado formar parte del cártel estaría emocionado.—Dile a todos que hoy nos echamos unos tequilas, pero que no se pasen de copas, ni salgan deben beber aquí, saben que no podemos sal… — Detuvo sus palabras cuando Tobías le hizo un gesto para que mirase a su espalda así que se giró.—¿Qué haces aquí? — Cuestionó al visitante inoportuno—Antonieta me descubrió y necesito un lugar para esconderme. No la conoces esta loca y no se detendrá ha
Continuación.Ella les contó su estrategia y ellos estaban más que sorprendidos, pues la mente de Ignacia era más macabra que la de Matías.Al cabo de dos horas iban en una avioneta rumbo a Venezuela, cambiando el plan de Eddy que pidió que la DEA encontrara a la gente de Az en pleno acto: montando los paquetes a la avioneta para que fueran apresados antes de salir, sin embargo, como Ignacia pidió a su hermano la DEA llegó justamente cuando había empezado el vuelo dejando salir la avioneta. Solo atrapando a la mayoría de los peones fieles de Az que fueron puestos bajo arresto.—¿Se siente bien, señora? — preguntó uno de los hombres que iba junto a ella en la avioneta de Matías.Pues el espacio no es muy grande para tantas personas y sabía que era sofocante viajar en ella, ya que solo está preparada para transportar mercancía y no para personas, pero iban todos exponiéndose.—Estoy bien, solo que es la primera vez que me subo a esto— contestó aguantando las náuseas provocadas por lo
Narrador.A Ignacia le costó mucho convencer a su hermano para que accediera a ayudarle y aunque él no pudo entregar al camaleón como lo solicitó su superior en su lugar había atrapado a varios narcos importantes, de modo que su jefe no se negó del todo cuando él le explico sobre el jugoso caso que tenía en su poder, pero tampoco acepto a la primera, sino que después de tres intentos de ruego fue que el hombre accedió dándole el equipo necesario para que no tuviera que involucrar a los federales, puesto que muchos dentro de esa organización trabajaban como informantes de Antonieta.En una misma noche les desmantelaron todos los laboratorios.—¡¡Me lleva el diablo!!, ¿cómo demonios pudieron darme este golpe? — Gritaba Antonieta jalando su propio cabello teniendo una crisis de histeria. Su inestabilidad emocional la hace parecer loca ante los ojos de todo el que está bajo su mando.—Alguien la delató, patrona— expuso Katy y Eddy que estaba justo allí asintió de acuerdo.—Tienes razón, c
Último capítulo