Crystal observaba desde el pasillo, con los brazos cruzados, mientras la joven permanecía sentada junto a la cama de su hijo.
Arthur, su esposo se acercó en silencio, sin entender del todo la situación.
—¿Quién es? —preguntó en voz baja.
Crystal no apartó la vista de la escena dentro de la habitación.
—Se llama Luz —susurró—. La muchacha que rescató a nuestro hijo cuando fue secuestrado… y, por lo que veo, también la que capturó su corazón.
El hombre frunció el ceño, intrigado.
—¿Por eso está aquí? No entiendo por qué…
En ese momento, Arthur su hijo, apareció al final del pasillo. Venía con paso rápido, aún con el cansancio reflejado en el rostro. Cuando llegó junto a ellos, miró a través del cristal de la puerta y se quedó quieto.
—¿Es Luz? —preguntó en voz baja.
Crystal asintió.
—Sí. No los molesten.
Arthur respiró hondo y se apoyó en el marco de la puerta, cruzándose de brazos. Había una leve sonrisa en su rostro.
— Yo lo sabía, cada vez que estaban juntos ellos sonreían de una man