Esa mañana, como tantas otras, William se levantó con el rostro impasible, apenas sin mostrar signos de la tormenta que comenzaba a gestarse en su interior.
Había algo en el aire, algo que no podía definir con exactitud, pero que lo inquietaba, algo en el comportamiento de Coromoto se había vuelto extraño últimamente, más de lo normal Como si no estuviera del todo presente, como si estuviera partida en dos, o peor aún, como si ya no estuviera del todo allí.
Mientras él revisaba el celular de Coromoto, que había dejado sobre la mesa en de busca algún mensaje, alguna pista, algo llamó su atención, al revisar encontró Un mensaje de Patricia, pero lo que vio en la pantalla lo hizo detenerse.
En la conversación entre amigas Patricia le había escrito
—“Estoy Acá con tu amor, se nota te extraña mucho”—
Al leer esas palabras, algo en él hizo clic
No era la primera vez que se sentía inquieto por la posible relación entre Coromoto y alguien más.
Jamás pensó que ese día llegaría o que a