La noche se presentó serena, adornada por una luna creciente que iluminaba suavemente las calles solitarias.
La lluvia dejó de caer sobre las calles.Ángel caminaba por la acera, sus pasos firmes pero acompasados por la incertidumbre que lo habitaba.La ciudad, tranquila y silenciosa, parecía estar tan envuelta en la oscuridad como él mismo lo estaba en sus pensamientos.La conversación con Paola había dejado en parte más preguntas que respuestas, pero algo dentro de él había cambiado. Ahora entendía las decisiones de Coromoto aunque, no las compartiera del todo.Sabía que había algo más allá de lo que había querido ver antes, una razón profunda detrás de su partida. Sin embargo, al igual que la luna, esas respuestas aún estaban solo parcialmente reveladas. Algo seguía en sombras.El hecho de que viviera tan cerca de él, y a tan solo dos cuadras de donde habían trabajado juntos, lo había atormentado durante meses.Las noches eran las peores. Cu