TÚ CULPA:

—¿Cara? —Bastiaan la llamó.

—¿Qué quieres? —formuló la pregunta con los dientes apretados—. ¿Estás satisfecho?

—¿A qué te refieres? —no le gustó su tono de voz.

—Todo esto es tu culpa, Bash —negó con la cabeza acusándolo—. Tú y tu j0dida manera de hacer las cosas —soltó—. Te dije que no quería ir a cenar contigo… pero tú… —se relamió los labios—. Te empeñaste en que así fuera…

En ese momento Bastiaan se puso de rodillas y sostuvo sus manos con las suyas.

—¿Tan mala persona he sido contigo? —el tono de voz que él usó fue de tristeza.

Si ponía en una balanza, Bastiaan siempre estuvo ahí para ella. Aun cuando no le correspondía hacerlo. Se encargó de sus gastos médicos cuando Walter le dio la golpiza, le brindó un lugar en donde quedarse mientras se recuperaba. En Italia se encargó de que estuviera cómoda y que no pasara necesidades, incluso que no se sintiera sola.

—No, ¿cómo puedes pensar tal cosa? —contestó en un susurro.

—Porque me haces sentir el malo de la película, cuando lo úni
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