CAPÍTULO 69: FRENTE AL MONSTRUO
Elena
La rabia no me deja pensar con claridad. Se me agolpa en la garganta, en el pecho, en las manos que me sudan y me tiemblan al mismo tiempo. Ethan recibe una llamada urgente, su tono cambia al contestar, y cuando cuelga me dice con seriedad:
—Tengo que irme, pero esto no queda aquí. Te prometo que voy a ayudarte a resolverlo.
Asiento sin poder articular palabra. Apenas lo veo alejarse, la decisión me quema por dentro. No puedo esperar más. No voy a quedarme en casa cruzada de brazos mientras esa mujer sigue moviendo hilos a sus anchas.
Salgo a la calle, levanto la mano y tomo el primer taxi que pasa. Doy la dirección de la mansión Hastings con la voz firme, aunque por dentro me hierven los nervios. El trayecto se me hace eterno, cada semáforo en rojo me parece un insulto. Aprieto los puños y repito en silencio: no voy a permitir que siga lastimando a mis hijos.
El portón de hierro negro se abre como siempre, automático, como si las puertas del infi