CAPÍTULO 44: EL RESULTADO
Jacob
Una semana después…
El reflejo de los ventanales de la torre Hastings devuelve una versión de mí que ya no sé si reconozco: traje impecable, reloj suizo que podría comprar un auto de gama media, la misma postura recta que heredé de mi padre. Afuera, Miami late con su caos de sol, bocinas y promesas. Aquí dentro, todo huele a control.
En la mesa de juntas, una docena de ejecutivos me siguen el ritmo con sus carpetas abiertas. La pantalla proyecta gráficos ascendentes, curvas de crecimiento, porcentajes. Uno de ellos se atreve a sugerir un cambio de estrategia en la rama inmobiliaria.
—No —digo, sin levantar la voz.
El hombre parpadea.
—Señor Hastings, si analizamos el mercado...
—Ya lo analicé. —Paso la página de mi carpeta con calma—. Y mientras yo esté sentado aquí, no vamos a diversificar en ese sector. Los hoteles son el corazón del imperio. No me interesa arriesgarlo por un capricho de números.
Nadie replica. El silencio se alinea con mi decisión co