CAPÍTULO 21: MENTIRAS NECESARIAS
Jacob
El olor a azúcar quemada aún flota en el aire cuando me quedo solo en la cocina. Camino despacio, repasando lo que acabo de hacer. Nunca debí tocarla, nunca debí perder un segundo de mi tiempo en curar esa herida. No me corresponde, no es mi problema.
Y, sin embargo, lo hice.
La imagen de su palma enrojecida sigue grabada en mis ojos. El jadeo que soltó cuando apliqué el limón. La forma en que se mordió los labios para no gritar y ese maldit0 susurro de agradecimiento que me arrancó el suelo bajo los pies por un instante.
Solo fue instinto, cualquiera habría hecho lo mismo, además no soporto ver a alguien arruinar mi cocina. Esa es la verdad que me repito, la mentira necesaria para no aceptar lo que realmente fue: un momento en el que casi me importa.
Exhalo con fuerza y me paso una mano por el cabello. No puedo permitirme esto.
Salgo de la cocina y justo entonces la veo en el pasillo. Elena está frente a Juliette, me detengo a medio metro, sin h