CAPÍTULO 16: VESTIDA PARA LA BATALLA
Elena
Mi corazón se precipita al estómago. Me pego al muro como si pudiera volverme invisible. Sonya habla con alguien a su lado, sin voltear. Sus tacones suenan como metrónomo de guerra. Pasa frente a la boca de la escalera y no me ve.
Exhalo cuando su espalda desaparece por el pasillo.
—Casi —susurro.
Me giro para subir el último tramo y choco con un pecho firme. Me agarro del pasamanos para no caer. Unas manos me sujetan con reflejo rápido.
—Vaya— dice una voz divertida—. Si te sigo encontrando así voy a pensar que le huyes a algo… o a alguien.
Alzo la mirada. Ethan apareció de la nada y sus ojos me escanean con una curiosidad que no intenta ocultar.
—Lo siento —murmuro—. No quería… No miraba por dónde iba.
—No te preocupes —afloja despacio sus manos, como si temiera que me desarmara—. ¿Todo bien?
Casi digo que sí. Casi, pero la verdad se me agolpa en la garganta con olor a cloro de hospital.
—No —respondo y me aclaro—, pero voy a estarlo.
Ethan