Capítulo 31
El rugido del motor de Magnus se apagó justo frente a la mansión William. Habían pasado veinte minutos para llegar ahí y apenas bajó del auto, el viento trajo consigo una sensación extraña, una mezcla entre anticipación y desconcierto que no supo describir. Era como si tuviera la certeza de que algo estaba por suceder y además, para rematar sus sospechas, su madre lo esperaba en la entrada de la mansión con los brazos cruzados y el rostro tenso. Aquello no era común en ella. Su madre nunca lo recibía afuera de algún lugar y mucho menos con ese semblante.
— ¿Mamá? ¿Qué pasa? —preguntó, intentando restarle peso a la situación — ¿Por qué estás aquí afuera?
— No ha pasado nada, Magnus, por lo menos no todavía. Sin embargo, quiero saber algo ¿Por qué no me dijiste que conocías a Roma William mucho antes de la fiesta cuando fue el aniversario de la empresa de sus padres?
La pregunta de su madre cayó como un cubo de agua fría sobre su cuerpo, ya que no sabía cómo se había entera