Donovan me besó.
El miedo y la impresión me dejaron paralizada por unos segundos. Pero Donovan no se detuvo. Me acercó a él, sus manos se aferraron a mi cintura con fuerza y eso me trajo de vuelta a la realidad. Correspondí a su beso, porque no existía manera humana de negarse a un beso de Donovan Black.
Sus labios eran cálidos sobre los míos, tan suaves que se sentían como el aleteo de una mariposa. Y cuando notó que no lo estaba rechazando, poco a poco profundizó el beso.
Sentí un pequeño dolor en mi labio inferior y comprendí que me había mordido. No estaba segura de sí lo hizo intencionalmente o no, pero no iba a quedarme de brazos cruzados.
Mordí con suavidad los suyos, escuchándolo gruñir en aprobación. Sus manos recorrieron mi espalda, mientras las mías comenzaban a jugar con su cabello. Mientras más tiempo pasaba, el beso se volvía más salvaje y pasional.
No sabía sí estaba haciéndolo bien, pero por suerte para mí, él parecía estar de acuerdo con guiar el beso.
—Eres mía, Juli