Amirah reapareció poco después, con el teléfono aún en la mano y una calma que parecía más forzada que real.
—Todo está preparado —anunció—. Los médicos vienen en camino, el equipo ya está listo. No se preocupen, todo saldrá bien.
Dijo eso, más para sí misma que para los demás, y se marchó por el pasillo con paso firme.
Noah se quedó mirando hacia la puerta unos segundos, luego tomó el teléfono y volvió a intentar comunicarse con Nico. La llamada no conectó. Probó de nuevo. Nada.
—¡Maldición hermano! — murmuró
—¿No contesta? —preguntó Valeria, al verlo fruncir el ceño.
Él negó con la cabeza, exhalando con frustración. —Nada. Debe seguir ocupado cerrando las rutas. — Escribió rápido un mensaje: “Nico, Amirah dice que Jimena está en trabajo de parto. Avísame si estás bien. No hagas nada imprudente. Tienen que verte volver.”
Se quedó mirando la pantalla unos segundos, sin recibir respuesta. Finalmente, la dejó boca abajo sobre la mesa.
—Ven, —dijo Valeria con suavidad—. Vamos a desayunar