Capítulo 57— La doctora visible
(Punto de vista: Sofía)
El corazón le latía como un tambor sordo.
Cada paso hacia el consultorio de la clínica era una piedra en el pecho. Llevaba días esperando los resultados, y aunque había querido convencerse de que era solo un susto, algo dentro suyo ya lo sabía. Desde que los primeros análisis mostraron alteraciones, su instinto de madre comenzó a preparar el alma para lo peor.
El llamado de Ángela esa mañana fue seco.
Serio.Contundente.
—Sofía, los resultados llegaron. ¿Podés venir? Me gustaría que también vengas con tu esposo.
Sofía no discutió. Solo llamó a Lili.
—Llegaron los resultados. Ya le avisé a Adrian.
Lili llegó en menos de media hora. No dijo nada,solo le sostuvo la mano.
Ese gesto —pequeño, tibio— fue lo único que la mantuvo entera todo el camino.
Cuando llegaron, Adrián ya estaba allí esperando en la puerta del consultorio por ella. De pie. Saco oscuro, camisa clara y ese perfume.
El que ella le regalaba cada cumpleaños.
El que tan