Capítulo 56 — El mensaje que sí dolió
Punto de vista: Diana
Esa tarde, en el laboratorio, las palabras que había leído en el informe de la doctora Sofía Rojas retumbaban en mi cabeza. El bebé Castell, al que tanto se había tratado como una bomba de tiempo, ahora parecía estar mejorando con su tratamiento. Pero esa no era la información que debía poner en los informes. Debía modificar la verdad, seguir las órdenes de Valeria, esa mujer desquiciada que tenía mi vida en sus manos. Cada inyección que le daba a la madre de ese bebé, sentía un nudo en la garganta. Sabía que podía estar haciéndole daño, y odiaba mi propia cobardía al no gritarlo al mundo. Pero Valeria me tenía amenazada, y no podía hacer nada.
Guardé el número que había conseguido de forma sigilosa. Aún no sabía cuándo lo usaría, pero sentía que no tardaría mucho.
(Punto de vista: Sofía)
La tarde había caído sin hacer ruido, como si el día supiera que Sofía no tenía fuerzas ni para abrir las cortinas.
La casa estaba en