CAPÍTULO — Cuando el Cuerpo Grita lo que el Corazón Calla
(Punto de vista de Milagros)
Al principio pensé que era cansancio.
Acumulado.
Los nervios de estos días, una noticia atrás de la otra, el cuerpo intentando seguirle el ritmo a una vida que había cambiado demasiado rápido.
Yo sabía ser fuerte. Lo había sido siempre.
Años de abogada me habían enseñado a pararme firme, a no mostrar miedo, a no quebrarme delante de nadie. Pero de pronto sentí que todo eso se vaciaba. Como si la fortaleza que había aprendido ya no alcanzara para sostener lo que estaba pasando.
No quería sentirme así.
Pero los nervios me estaban ganando.
Ya estábamos por volver de la casa que Adrián, con tanto amor, nos había mostrado. Esa casa que me había elegido sin pedirme permiso. Me había encantado. Era como si alguien hubiera soñado por nosotros antes de que nosotros supiéramos cómo hacerlo.
Ojalá —pensé— Ayden sienta que esa casa también lo eligió a él.
No quería presionarlo. Si quería buscar otra, lo haríamo