CAPÍTULO — PROMESAS BAJO EL CIELO DE LA NOCHE
Salieron del edificio del Grupo Castell cuando la noche ya se había instalado por completo sobre la ciudad. Las luces de la fachada, que durante el día imponían respeto, ahora parecían apenas un decorado cansado después de una obra demasiado intensa. Milagros caminaba en silencio a su lado, todavía procesando todo lo ocurrido, mientras Ayden respiraba hondo como si recién entonces se permitiera sentir el peso real de lo vivido.
El portón de hierro se cerró detrás de ellos con un sonido profundo, casi simbólico.
Ayden se detuvo.
No lo hizo de golpe ni con dramatismo. Simplemente dejó de caminar, como quien necesita pararse a mirar el cielo después de una tormenta larga. Milagros giró hacia él, con esa expresión calma que siempre parecía leer cosas que ni él mismo sabía poner en palabras.
—Milagros… —dijo él con voz baja, sin sonrisas, sin postura de empresario, sin máscaras—. Gracias.
Ella frunció apenas el ceño, como si no enten