Capítulo 18– Cuando la Fe Respira
El pasillo olía a desinfectante y a decisiones difíciles.
Sofía avanzaba en silencio junto a Adrián, con la carpeta roja entre los brazos como si llevara el corazón en bandeja. Él no decía nada. Caminaba a su lado, con las manos en los bolsillos del pantalón gris oscuro, la mirada fija en el suelo. De vez en cuando la espiaba de reojo. Su perfil le parecía más hermoso que nunca y más lejano también.
Ella llevaba un pantalón vaquero azul , una remera verde de cuello bajo , y el cabello recogido en una coleta baja. Sin maquillaje. Sin escudos. Iba con la verdad de frente.
Cuando entraron al consultorio del doctor Sergio Durán, Adrián esperó junto a ella mientras saludaban y explicaban el motivo de la visita. Sofía pidió con voz serena—pero no menos firme—que quería repetir los estudios genéticos.
—Sé que los resultados son probables, no definitivos —dijo—. Quiero agotar todas las instancias. Si hay una mínima posibilidad de que se hayan equivoc