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Capítulo 19 – Lo que no se olvida
La tarde comenzaba a apagarse cuando Sofía abrió la puerta de su casa.
El llavero tembló entre sus dedos, no por el frío, sino por todo lo que cargaba encima: los análisis recién hechos, las palabras no dichas, el miedo contenido. Detrás de ella, Isabel y Lily entraron casi en silencio. Venían con ella en el auto, como dos columnas que la sostenían sin apretar. No hablaron mucho en el camino. No hacía falta. Las miradas, los gestos, los silencios sabían hablar por sí solos.
Y detrás de su coche, venía él. Adrián Castell.
No se animó a ir con ellas. No lo invitaron. Pero no se fue. Mantuvo su distancia prudente, siguiéndolas en su auto como quien cuida el paso de alguien que ya no sabe si lo quiere cerca. A paso lento. Discreto. Presente. Como si el solo hecho de no irse ya fuera una forma de pedir perdón.
Sofía dejó la carpeta médica sobre la mesa del comedor. Se quitó el abrigo con lentitud. No estaba agotada físicamente, pero sí emocionalmente, co