Capítulo — El encuentro inesperado
Sofía entró al lobby del Hotel Montaldo con los latidos en las sienes, cada paso como un eco de furia contenida. El mármol brillante bajo sus zapatos, los candelabros encendidos a plena mañana y el murmullo de conversaciones elegantes no lograban disimular el nudo en su pecho. Lo había visto. Adrián, su Adrián, sentado con esa mujer, Irina, como si estuviera en un almuerzo inocente, riéndose, inclinándose hacia ella. Y encima, le había mentido.
Se acercó al mostrador con la decisión de quien ya no podía volver atrás, cuando una voz femenina, firme y cálida, la detuvo.
—Disculpá… ¿vos sos la doctora Sofía Rojas?
Sofía giró, sorprendida. Frente a ella estaba Victoria Montaldo, impecable en un traje marfil, con esa presencia de mujer que no necesita presentaciones. A su lado, un hombre de mirada noble le sonrió con discreción: Samuel Duarte.
—Sí —respondió Sofía, un poco desconcertada—. Soy Sofía Rojas.
Victoria extendió la mano con elegancia