Capítulo — Secretos de un Padre, Sueños de un Hijo
La casa Castell rebosaba de vida. Isabel se movía de un lado al otro con esa energía que solo ella tenía cuando había un acontecimiento familiar, y últimamente con Sofía en casa, eso era seguido. La cocina estaba llena de aromas dulces: galletas, frutas cortadas, tortas que se enfriaban sobre la mesa. Carmen, la señora que siempre ayudaba en la casa, estaba feliz porque veía que esa familia volvía a ser la de antes. Conocía a los Castell desde que Adrián era bebé, y estaba emocionada de que en unos días conocería al hijo de Adrián y de Sofía.
En el living, Fabián había desplegado cajas con adornos de colores neutros, porque nadie sabía —al menos oficialmente— si el bebé sería niño o niña. El baby shower sería en unos días, y todo debía estar perfecto.
—¡Isabel! —llamó Fabián desde el comedor—. No saques todavía la vajilla fina, que después la vamos a terminar rompiendo con tanto ir y venir.
—¡Déjame, Fabián! —respondió ella, con un