Julián cruzó los brazos sobre la mesa, con la mirada fija en Lilian.
—¿Está trabajando actualmente?
Lilian negó despacio con la cabeza.
—Todavía no. Acabo de mudarme a esta ciudad, así que no he tenido tiempo de buscar empleo.
Julián soltó un breve suspiro.
—Lo entiendo. Pero es algo bastante importante, señorita Lilian. En los casos de custodia, su posición como madre ya representa una ventaja significativa. Pero el principal problema es que no tiene un trabajo estable.
Julián continuó:
—El tribunal evaluará quién está más capacitado, tanto financiera como emocionalmente, para cuidar del niño. Si usted puede demostrar que tiene un empleo, un lugar fijo donde vivir, y estabilidad mental y física, entonces sus posibilidades de obtener la custodia serán mucho más fuertes.
Lilian se mordió el labio, pensativa.